El camino de Urkiola siempre ha sido una puerta de entrada a Bizkaia, y Mañaria se construyó y vivió en ese camino, desde que se denominó como lo conocemos nosotros, e incluso antes, en aquellos tiempos remotos que no aparecen en nuestras leyendas. La vida en esos parajes ha sido tierra, piedra y agua, elementos de los que este pueblo ha sacado su fuerza y el aire para respirar. Nos encontramos en la plaza de Mañaria, desde donde iremos hasta la ermita de Santa Cruz, que se encuentra al borde del camino, para comprender la importancia de la cantera y del camino en Mañaria, la fuerza de
ambos elementos. Pasaremos por la iglesia y, después, tomaremos el camino de Arrueta y nos sumergiremos en las tierras de ese pueblo, prestando atención a sus caseríos: de cuándo son, por qué surgieron y qué cambios han tenido.

Continuaremos el camino, veremos las canteras Zallobenta y Askondo, donde explicaremos cuáles son las piedras de Mañaria y cómo se extrajeron para todo el mundo, para utilizarlas en la construcción. El agua tiene también su protagonismo entre estas piedras, ya que ha sido utilizada durante los últimos siglos para obtener electricidad. Veremos también la central de San Lorenzo, en la vega de Urkuleta. Para terminar el recorrido, visitaremos el caserío Kaltzada, donde explicaremos la importancia que tuvieron las posadas o ventas. Todos esos edificios, estrechamente vinculados con el camino, se convirtieron en la puerta del pueblo.

Nota: un recorrido empinado y en plena naturaleza. Traer ropa y calzado adecuado. También recomendamos traer agua.