En Las Arenas, lo que era arena se convirtió en piedra; los pinares en casas; los arroyos se movieron de sitio, el mar cambió de sitio, la playa desapareció, el desierto en morada, la tierra árida en riqueza.
La barca de paso del Ibaizabal es hoy un transbordador, Patrimonio de la Humanidad. El sudor de las sirgueras se ha convertido en el fuerte motor de los grandes barcos y el viejo camino a Portugalete en los bellos palacios de Las Arenas.