En la fundación de Neguri está el tren, pero también las desamortizaciones del siglo XIX, el higienismo traído de Inglaterra y las ideas sobre el confort de los alojamientos, la visión sobre el euskera después del Carlismo, los deseos de una nueva clase social forjada por la economía del hierro y
muchas cosas más.
El barrio de Neguri es reflejo de todas estas ideas y en sus casas, hoy en día, se pueden encontrar las huellas de personas que pensaban así.