A finales del siglo XIX y principios del XX, la necesidad de proporcionar viviendas dignas e higiénicas para la creciente población obrera fue un problema acuciante en áreas de fuerte industrialización como Barakaldo. En respuesta a esta crisis habitacional, las Leyes de Casas Baratas impulsaron la construcción de cooperativas de viviendas que buscaban mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias. En Barakaldo, estas iniciativas se distinguieron por la calidad arquitectónica de los diseños con influencias europeas, creados por arquitectos vascos de renombre.