Como cada año, las Jornadas Europeas del Patrimonio cuentan con un tema. Un hilo conductor que trata de dar unidad a las cerca de 150 actividades que ofertan municipios, museos, asociaciones, empresas e incluso particulares. Y este año nuestro tema es la casa, etxea. Vamos a conocer nuestras casas en profundidad. Por supuesto, sus aspectos formales. Sus orígenes, su evolución, sus transformaciones, su “defunción” a veces. Pero también queremos entender su relación con sus habitantes. Cómo la forma de vida de estos condiciona la forma y evolución de sus casas, o dicho de otro modo, cómo las casas han de adaptarse a las estructuras económicas, a las formas de la familia, a sus relaciones sociales, a sus costumbres cotidianas…
Esto nos va a llevar a analizar una gran variedad de casas. Posiblemente la primera que acude a nuestra mente es el caserío, casa y “fábrica” del labrador a un tiempo. Una casa que en la cultura tradicional vasca es más que un edificio. Evoca la familia, sus posesiones, sus relaciones vecinales, incluso la posición que ocupa su sepultura en la iglesia. La casa engloba a las personas que la ocupan –hasta el extremo de que el nombre de la casa se convierte en el apellido familiar–. Y también nos acercaremos a otras formas de casa: la casa del pescador, la casa de villa, la torre banderiza, el palacio, la mansión burguesa, la vivienda obrera, o los más recientes bloques de pisos, chalets y adosados… Y otras más específicas, como la casa del molinero, la casa del herrero, la casa del monje –o la monja–…
Sin olvidar algunas formas de casa ya desaparecidas. Como la cueva en la que habitó el hombre prehistórico, la casa del castro de la Edad de Hierro, la del romano que vivió en Forua, la de la aldea altomedieval… Casas que combinan vivienda y trabajo frente a otras puramente residenciales. Casas aisladas en el mundo rural frente a otras alineadas en las villas. Casas herméticas y oscuras frente a otras abiertas y luminosas… Muchas casas diferentes, muchas formas de vida diferentes. Muchas historias que contar. Vamos a entender un edificio. Vamos a apreciar un patrimonio material. Y a la vez nos vamos a acercar a unas personas y a su huella. A un patrimonio inmaterial. A nuestra historia.