En las últimas décadas se han producido en Bizkaia multitud de intervenciones sobre el patrimonio. Intervenciones muy variadas: excavaciones arqueológicas, rehabilitaciones de edificios, restauraciones de retablos… Sin olvidar las intervenciones sobre el patrimonio inmaterial: recuperación de tradiciones, danzas, vocabulario… Sus promotores han sido también muy variados. Es cierto que las instituciones, encabezadas por el Departamento de Cultura de la Diputación Foral de Bizkaia y seguidas por los Ayuntamientos, han tenido el mayor protagonismo.
Pero han habido otras muchas entidades, como el Obispado de Bilbao, las parroquias o las cofradías de las ermitas. Y también asociaciones o agrupaciones culturales de todo tipo, que han salvaguardado monumentos y, lo que quizás es más importante en una época de pragmático desmantelamiento de las tradiciones, han conservado costumbres y usos. Tampoco han faltado algunos particulares que han patrocinado una excavación arqueológica o la reconstrucción de un edificio.
El objetivo fundamental de estas intervenciones ha sido la conservación de nuestro patrimonio. Unas veces propiciando su reutilización con nuevos fines, como ha sucedido con muchos edificios. Otras tratando de recuperar una imagen original y limitando en lo posible nuevos deterioros, como en los templos y sus retablos. Unas más dando a conocer elementos que, de no mediar estas iniciativas, desaparecerían definitivamente, sobre todo aquellos de carácter inmaterial (danzas, costumbres, habla…). Y en el caso de las excavaciones arqueológicas contribuyendo a la recuperación de nuestra memoria histórica –a fin de cuentas también una parte de nuestro patrimonio–. Pero el proceso de realización material de estas intervenciones es totalmente desconocido para la ciudadanía. El objetivo de estas Jornadas Europeas del Patrimonio dedicadas al patrimonio intervenido es mostrar “las tripas” de este tipo de actuaciones. Explicar el por qué son necesarias, cómo se hacen (administrativa y físicamente), cuales son sus resultados materiales, culturales y sociales… Dar a conocer cómo recuperamos nuestra herencia, nuestra memoria, nuestra identidad. El patrimonio es como un ser vivo al que si no se cuida puede desaparecer. Hemos de cuidar con mimo nuestro ayer para poder legarlo a nuestro mañana.